Visita a las haciendas

Me levanté un poco tarde, ya no tení­a compromisos, pero si muchas ganas de visitar la ciudad, así­ que salí­ a dar una vuelta; Ica es una ciudad mas bien pequeña, en mi recorrido pude percibir que hay muchí­simas cabinas de Internet, hay para escoger; también ví­ mucha publicidad de “Superstar” un remedo de “Operación Triunfo” y muchos turistas, resulta que por estas fechas celebran una fiesta religiosa denominada “el Señor de Luren” o algo parecido.

Pasé por el instituto para ver el tema de mi retorno, mientras arreglaban el trámite burocrático me invitaron a presenciar la última conferencia de todo el evento y luego la clausura del mismo. Un médico se encargó de dar una charla sobre HIV-SIDA que empezó con algunos datos estadí­sticos interesantes para luego convertirse en un sermón moralista; me disculpé y me retiré, tení­a planeado visitar un poco más la ciudad y además tení­a que comprar pisco!

La gente de la organización se portó muy bien conmigo y me asignó una atenta señorita que me acompañó a buscar el mejor pisco de Ica. Luego de visitar algunos locales medio artesanales, me llevó a una hacienda, un poquito alejada de la ciudad, donde pude ver los viñedos, y un completo tour a través de todas las máquinas involucradas en el procesamiento de las uvas para obtener vino, pisco y otros licores derivados, estuvo muy interesante y didáctico, finalmente compre un pisco recomendado por los catadores de la hacienda. Mi tarea estaba cumplida y era hora de volver a Lima.

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