Concierto de Iron Maiden en Buenos Aires

Llegó el dí­a esperado! desde muy temprano estaba todo preparado para asistir al concierto, habí­a quedado con mis amigos para encontrarnos en el estadio de Ferro desde muy temprano; aunque yo tení­a una misión previa tení­a que ir a Puerto Madero para recoger 2 entradas de la oficina de Pachito. Luego de recogerlas, recibir una guí­a de calles para poder ubicarme y llegar al estadio de Ferro me fuí­ rumbo a la Av. de Mayo a buscar a Rafael, Fernando y Miguel quiénes estaban en el hotel, la idea era ir en grupo y encontrarnos con Mario y Manuel quiénes irí­an mas temprano que todos para hacer la cola respectiva. Llegué al hotel y no les encontré, mal asunto, espere un buen rato y decidí­ irme.
Peruvian Troopers
(Parte de la “delegación”)
Me fuí­ al metro que me parece la forma mas económica y segura de trasladarse, por 90 centavos tienes opción a 2 viajes, luego de preguntar a unas cuantas personas ví­ que la mejor opción era bajarme en la estación denominada “1ra junta”, en el subte encontré varias personas con polos de Iron Maiden, eso me dió la tranquilidad que no me estaba yendo a un lugar inhóspito, ya que Buenos Aires es una ciudad enorme. Al promediar las 3pm de Argentina llegué a la zona donde habí­a una cantidad de gente impresionante, unas colas kilométricas, use el Nextel y pude ubicar a Mario rápidamente, asi que me ahorré como 4 cuadras de cola, ellos estaban con Renzo, un peruano que vive en Córdova pero que vino para el concierto; luego caí­ en la cuenta de que no habí­a almorzado asi que fuí­ a buscar algo de comer, por 7 pesos pude comer un choripan (chorizo en pan de hotdog) mas una gaseosa que sirvieron para engañar al estómago. Al volver a la cola nos encontramos con Mito Espiritu que no se cansaba de vacilar a Manuel con la canción del comercial “Es fin de mes, pagaron ya” del Banco de Crédito. Me dí­ un par de vueltas para tratar de vender las entradas pero era inútil, todo el mundo tení­a su entrada, al final logré vender sólo una a Mito y prácticamente al costo, pero nada importaba el tiempo corrí­a y la cola empezó a avanzar a las 6pm, era hora de entrar al estadio!.

El sueño de estar en primera fila habí­a sido rápidamente desechado debido a que tení­amos por lo menos unas 300 personas delante de nosotros en la cola, asi que al ingresar no corrimos, fuí­mos tranquilamente en dirección al escenario y luego como muchos nos sentamos para esperar el inicio del concierto. Luego fuí­mos a la parte posterior porque vimos un kiosko donde vendí­an merchandising, lamentablemente sólo vendí­an polos y quedaban muy pocos. Cada camiseta (o remera como le dicen aquí­) costaba 25 pesos, al ver una de ella ví­ que no eran oficiales puesto que decí­an “Made in Argentina” y ciertamente la calidad no era la mejor, eso me desanimo y al final no compré nada. Volvimos a nuestros lugares, nos sentamos y seguimos conversando; no pudimos estar mucho tiempo mas sentados ya que cada vez habí­a mas gente y todos trataban de pegarse lo msa posible al escenario; la temperatura estaba un poco alta y sentí­amos que nos deshidratabamos, por 5 pesos me vendieron un vaso con gaseosa, si, un verdadero robo, pero la necesidad obliga y pagué con tal de poder refrescarme un poco. La hora seguí­a pasando, y nosotros ya nos empezabamos a desesperar, nos dolí­an los pies de tanto estar parados, eran casi las 8pm y no habí­a ninguna señal que indicará el concierto estaba próximo a comenzar. Para ese momento ya habí­amos visto gente de Paraguay, Uruguay y 3 ecuatorianos que estaban exactamente delante de nosotros, al sacar nuestra bandera nos dimos con la sorpresa de que habí­a 2 peruanos a nuestro costado con quiénes agrandamos mas nuestro pequeño grupo de compatriotas.

A las 8:10 se empezó a probar sonido, micros, pero la gran lona que cubrí­a la mitad del escenario seguí­a levantada, casi a las 8:40pm salió a escena Laura Harris con su banda, si, la hija de Steve Harris estaba allí­ tocando un hard rock con algunos toques heavy que fueron suficientes para que la gente despertara, saltara y se descontrolara un poco, The Ripper (sorry, no recuerdo su nombre, era el único peruano del grupo que habí­a metido cámara de fotos) se pegó a mi lado y me dice “casi me roban la cámara”, no habí­an pasado ni 2 minutos de canción cuando me dijo esto, asi que rápidamente le pasé la voz al resto del grupo, lamentablemente los ladrones fueron mas rápidos y a los 2 peruanos que se nos habí­an acercado al final les habí­an robado, a uno su cadena de oro y el otro llevo la peor parte porque le robaron la billetera. Yo habí­a llevado mi mochila y tení­a alli guardados los celulares, sabí­a que en medio de tanta gente era muy fácil ser ví­ctima de un robo, asi que solo me aseguré de que la mochila estuviera bien cerrada. A la pobre Laura Harris le gritaron de todo, incluso llegó un momento en que todos se pusieron de acuerdo para gritarle “Putaaaa putaaaa”, pobrecilla, todo el mundo querí­a ver a Iron Maiden y ella estaba pagando las consecuencias del retraso.

Debo decir que antes de que Laura toque nosotros tení­amos una distancia de aproximadamente 5 metros con relación al escenario, tení­amos una perfecta ubicación, estar delante y al medio nos vení­a perfecto, luego de la 1ra canción de Laura habí­amos retrocedido como 3 metros y ahora estabamos pegados hacia el lado derecho. Aquí­ la gente salta mucho y empuja en todos los sentidos asi que realmente se hací­a difí­cil poder estar juntos, en vista de la situación rápidamente convenimos en que al final del concierto nos encontrarí­amos en la zona de los baños ubicada al lado derecho de todo.

Mentirí­a si dijera que ví­ la hora, pero calculo que fué a las 9:30 que se apagó todo y el discurso de Churchill se inicia: “We shall go on to the end. We shall fight in France, We shall fight on the seas and oceans….”

Rápidamente tuve un flashback, era un niño apenas cuando mi gran amigo Oswaldo Vizcarra me prestó un vinilo doble titulado “Live After Death”, me fuí­ corriendo a casa de mi abuela para poder usar su tocadiscos y el discurso de Churchill fué lo primero que oí­, me pareció algo tan increí­ble que recuerdo exactamente ese momento, la voz de Churchill me pareció tan tenebrosa que sentí­ como un escalosfrio por todo mi cuerpo, algo muy parecido sentí­ en ese momento, mi adrenalina subió a mil cuando las primeras notas de “Aces High” brotaban frenéticas directo hacia un público que estalló completamente enloquecido, fué una locura total!!!! en pocos segundos estaba 10 metros atrás de mi lugar original, una gigantesca masa humana se empujaba sin ningún tipo de control, yo solo sentí­a como la masa me llevaba de un lado a otro y trataba por todos los medios de no caerme y saltar para evitar que alguien me pise y luego caer, habí­a perdido totalmente de vista a mis amigos; decidí­ que lo mejor era salir a un costado, pero no fué nada fácil habí­a tanta gente que llegar al otro extremo fué sumamente difí­cil, eso combinado con el inicio de “2 minutes to midnight” que hizo que me detenga para cantar como loco mientras me abrazaba con desconocidos y saltaba sin parar. A continuación “Revelations” me permitió avanzar muchos metros pero solo para caer en la cuenta de que no habí­a espacio en la parte trasera, unos cuantos kioskos que estaban pegados a las tribunas habí­an sido destrozados, estar allí­ me pareció sumamente peligroso asi que decidí­ moverme a los extremos, mientras tanto ví­ como mucha gente trataba de salir desesperadamente de la gran masa con algunos sí­ntomas de asfixia. Mientras iniciaba mi camino hacia un costado empezó a sonar “The Trooper” y otra vez la gente enloqueció, yo estaba totalmente empapado en mi propio sudor, abrazando mi mochila, saltando y cantando mientras trataba de avanzar, pero era casi imposible, la masa hací­a que me moviera sin una dirección establecida, Bruce cantaba con su traje de soldado y como es tí­pico en esta canción sacó una bandera inglesa que se puso a flamear para disgusto de muchos argentinos, quizás alguien debió aconsejar a Bruce sobre este tema, pero yo estoy segurí­simo que Bruce nunca sacó la bandera con alguna mala intención, es simplemente una costumbre usar la bandera mientras tocan “The Trooper”

“Wasted Years” inició en el preciso instante en que habí­a ganado una buena cantidad de metros y ya la gente no estaba tan apretada como en el medio, por fin pude respirar un poco, me compré una botella de agua y canté sin que nadie me empujara ni apretara, habí­a pasado apenas unas cuantas canciones y yo estaba absolutamente adolorido, pero nada importaba, no podí­a creerlo, estaba en un concierto de Iron Maiden! un sueño hecho realidad. Era el momento para “The number of the Beast” abrí­ mi mochila y saqué mi celular para poder grabar por lo menos esa canción, aprovechando que las cosas no estaban movidas desde mi ubicación, estuve muy atrás asi que la calidad del video será muy mala.

Luego del “descanso” que tuve al irme hacia un costado y que me ayudó a recuperar fuerzas, decidí­ volver hacia la masa monstrousa que me habí­a expulsado al ritmo de “Can I play with Madness”, mientras yo trataba de acercarme era mucha la gente, especialmente mujeres, que trataban de salir; logré llegar a la zona donde estuvimos cuando Laura Harris habí­a empezado el concierto, traté en vano de encontrar a mis amigos, tení­a la bandera peruana en el cuello y muchos me saludaban, me abrazaban y saltaban conmigo mientras cantabamos. Las primeras notas de “Rime of the Ancient Mariner” sonaron y fué increí­ble! un tema que tiene mucho feeling y que a todos les gusta, fué muy emocionante ver a Steve Harris tocando su solo, con la cortina de humo y el sonido del crepitar del remo mientras avanzaba, realmente fué indescriptible, yo estaba como petrificado viendo todo por momentos en las pantallas gigantes y por momentos tratando de verlo a Harris directamente. En ese momento recordaba a todos mis amigos del colegio, que estoy seguro que morí­an por estar allí­ viendo a Iron Maiden, pero no pudieron venir; me sentí­ tan afortunado, me sentí­ feliz! el dolor que sentí­a en el cuerpo me decí­a que no estaba soñando y que todo era verdad!

Seguí­ avanzando hacia la parte de adelante mientras sonaba “Powerslave” la gente seguí­a saltando y cantando pero ya no con el frenético ritmo de los primeros temas, asi que me animé a seguir avanzando; me detuve en el momento en que sonó “Heaven can’t wait” que ya es todo un clásico y es un tema que sirve para que unos cuantos afortunados suban al escenario y puedan por unos momentos cantar con los Iron Maiden, grande fué mi sorpresa cuando ví­ que entre todos los que subieron al escenario habí­a un tipo con una gran bandera peruana! Yo agité la bandera que tení­a en mis manos y salté y grité como loco, me morí­a de envidia de ver como ellos estaban cantando al lado de los Maiden.

Con Run to the Hills quise avanzar mas pero ya fué imposible, no habí­a espacio y ciertamente no querí­a volver a pasar un mal rato como al iniciarse el concierto. Turno para la única canción que por decirlo de alguna forma “sobraba” en este setlist, me refiero a “Fear of the Dark” que fué coreada por todo el mundo! creo que fué la canción que todos se sabí­an puesto que en no recuerdo otra canción que hayan cantado de principio a fin salvo esta.

Lo que vino a continuación fué uno de esos momentos inolvidables, tocaron Iron Maiden y salió Eddie! en formato de Cyborg al estilo de “Somewhere in time”, tantas veces que lo ví­ en videos y por fin lo pude ver en vivo y en directo! fué sencillamente increí­ble. Una vez terminada la canción vino la despedida, pero claro, era obvio que tení­an que volver, la gente los coreaba y a los pocos minutos volvieron al escenario.

El escenario era bastante grande, estaba flanqueado por 2 pantallas gigantes, la baterí­a de Nicko estaba atrás sobre una plataforma, lamentablemente no sonó muy bien, o por lo menos eso es lo que a mi me pareció, le faltó mas volumen la baterí­a. Detrás de ellos pusieron unos grandes telones con imágenes que ya habí­a visto en “Live After Death” y que fueron cambiando a medida que avanzaban los temas. El sonido estuvo bien, pero creo que pudo ser mucho mejor, como que faltó potencia.

En el retorno apareció Dave Murray (que estuvo impecable toda la noche) con una guitarra acústica junto a Bruce Dickinson para hacer la intro de “Moonchild” para el delirio de la gente, canté y salté con renovadas fuerzas, yo sabí­a que el concierto estaba muy próximo a terminar y tení­a que disfrutar cada segundo; vino “The Clairvoyant” y el cierre fué con “Hallowed by the name”, totalmente espectacular, se despidieron, lanzaron algunas baquetas y puas para luego desaparecer rápidamente del escenario. El concierto habí­a llegado a su fin a pesar de los cánticos de muchos entusiastas que esperaban uno o dos temas más.

Apuré el paso y me fuí­ a la zona de los baños donde me encontré con Sergio con quién no habí­a podido comunicarme desde que llegué a Buenos Aires, al rato todo el grupo se rearmó y estabamos decidiendo que hacer, apareció mi amigo Christian que no hay un solo concierto donde no lo vea 😀 y muchos otros peruanos que espontáneamente se acercaban a saludar y sacarse fotos con la bandera que tení­amos entre manos. Salimos de Ferro y tuvimos que caminar mucho, ya que habí­a demasiada gente y encontrar transporte fué muy dificil, luego de caminar buen rato decidimos irnos a comer y mientras esperábamos el taxi encontramos un numeroso grupo de peruanos con quiénes nos saludamos, tomaron un par de fotos e intercambiamos correos para poder pasarnos las fotos y videos del concierto. Espero que pronto todo ese material me llegue para poder publicarlo. Al final solo quedamos Sergio y un amigo peruano que radica acá en Buenos Aires y nos fuí­mos a comer una parrilla a la calle Corrientes, estábamos muertos de hambre y tení­amos mucho de que conversar sobre todo lo que nos acaba de ocurrir.

No tengo dudas, este ha sido el mejor concierto de mi vida, espere mas de 20 años para ver a este grupo y por fin pude hacerlo, creo que solo me falto llorar de la emoción, todo sacrificio hecho ha sido ampliamente compensado por vivir esta experiencia; creo que todo aquel que se precie de ser metalero debe ver por lo menos una vez en la vida a un grupo como Iron Maiden!

Up The Irons!!!

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102 thoughts on “Concierto de Iron Maiden en Buenos Aires

  1. Iron Maiden
    [Somewhere forward in future]

    Domingo 9 de marzo de 2008
    Pista Atlética del Estadio Nacional

    Esperado por meses, años e incluso décadas por los fans más old school de la Doncella y con el concierto totalmente agotado con 50 dí­as de anticipación, Iron Maiden pasó por Chile como un huracán, desplegando en dos horas memorables de show un repertorio que vale su peso en oro puro. Claro, porque anoche escuchamos lisa y llanamente, mucha de la major música jamás compuesta por la banda en sus 30 años de carrera, clásicos indelebles que han superado con éxito el test del tiempo y se han convertido en himnos del soundtrack de vida de tres generaciones de fans.

    Desde temprano, los 30 mil fans que repletaron el poco cómodo recinto, esperaban ansiosos la acción. Varios padres treintones con niños de seis y siete años sobre sus hombros llamaron la atención de todo el mundo, en una clara muestra de la pasión que el heavy metal, y especí­ficamente Iron Maiden, desata en la gente, algo que se traspasa de generación en generación. Maiden es un legado, algo que se comparte con orgullo, el mismo legado y orgullo que debe sentir Steve Harris cuando ve a su hija Lauren parada sobre un escenario. De todas formas, la chica de 23 años, además de lo obvio de su hermosura y sex appeal, exhibió carisma y unos ovarios gigantes para pararse delante de un público multitudinario y no hacer un papelón. Su rock ‘ n roll callejero, simple y directo, sirvió para amenizar la espera y el público la escuchó con respeto y alegrí­a, aunque necesita lo más importante: buenas canciones, algo de lo que adoleció su set de 30 minutos, donde todos los temas parecí­an iguales.

    Gracias al concepto de aldea global que significa Internet, el show de Maiden ofrecí­a pocas sorpresas, ya de antemano se conocí­an los temas que la banda vení­a tocando, pero aún así­ la emoción era enorme. Como es tradicional, ‘Doctor, doctor’ de UFO daba el aviso que el show ya se vení­a y luego proyectaron un video con imágenes de los shows previos de la gira que arrancó el 1º de febrero en Mumbai, India, donde las tres pantallas gigantes de video mustran la pasión y locura que desata Maiden en todo el mundo, y es increí­ble comprobar que a 30 años de iniciada su impecable carrera, la banda esté gozando en estos momentos de su peak en popularidad y éxito, sitiándola como la banda más grande e importante de metal del mundo en estos momentos.

    En el aspecto técnico el show fue simplemente impecable. Unas luces buení­smas y ¡por fin! un sonido de primera que acompañó todo el show desde el inicio mismo. La escenografí­a lucí­a espectacular, aunque sólo eran diferentes telones que iban cambiando, nada muy producido aunque esperaba ver algún detalle espectacular como el tanque mecánico gigante en el que entraba Eddie en la anterior gira de “AMOLAD”, pero lo anterior sólo era un aderezo faltante que no empañó en nada un maravilloso concierto.

    En la performance individual y grupal, como siempre el sexteto demostró un nivel graní­tico, de una solvencia superlativa, pero el buen sonido además permitió disfrutar con lujo de detalles todos los matices sonoros, donde la dupla Smith/Murrray estuvo descollante, sobre todo Smith con su estilo pulcro, prolijo, inspirado y un buen gusto y elegancia para regalar, realmente tocó increí­ble. Harris como siempre comandando el aspecto instrumental, con sus notas profundas y sus constantes galopes que invitan al headbanging, corriendo por todo el escenario, cubriendo cada rincón; el querido Nicko McBrain vitoreado por la gente, no falló un sólo golpe en toda la noche y su técnica de aporrear los parches sigue siendo única.

    Bruce Dickinson, el INMENSO Bruce Dickinson, demostró una vez más que no sólo es uno de los mejores vocalistas en la historia del heavy metal, sino también es uno de los mejores frontman de la historia, como gestualiza, como seduce a la audiencia, como maneja al público, y por supuesto cómo canta. Comenzó un poquito apretado en el primer tema, pero rápidamente su garganta encontró el punto y nos comenzó a maravillar una y otra vez con la potencia de su voz. Su rostro lucí­a algo cansado, pero eso no impidió que corriera por el escenario de arriba abajo, dándolo absolutamente todo en su interpretación. Janick Gers es el único integrante que aún genera alguna resistencia en la fanaticada más purista. Algunos reclaman que su estilo “ensucia” la prolijidad de la dupla Smith/Murray, pero creo que particularmente en ‘Heaven can’t wait’ hizo un gran solo. Como sea, en el vocabulario del “jefe” Harris los conceptos de lealtad, compromiso y entrega tienen un valor altí­simo y eso fue el premio para Gers por apuntalar a la banda en sus años más oscuros y difí­ciles de mediados de los 90’s, por eso el tipo se ganó su derecho de estar ahora ahí­, en la horas más felices de Iron Maiden.

    Desde el comienzo con ‘Aces high’ hasta el final con ‘Hallowed be thy name’ el show se fue como por un tubo, dos horas que se pasaron volando y que nunca se hicieron lentas o aburridas; la intensidad nunca decayó y la euforia tampoco, porque fue un concierto perfecto, redondo, excelente, donde sentí­ que las canciones que no forman parte del set regular de la banda, fueron las más festejadas, como la propia ‘Aces high’, ‘Revelations’, ‘Wasted years’ (simplemente soberbia), ‘Powerslave’ o ‘Run to the hills’, anotándose un gran climax en la magistral y monstrousa interpretación de ‘Rime of the ancient mariner’, el tema más extenso, épico, poderosamente progresivo, jamás compuesto por Maiden, el que fue introducido por una bonita metáfora de Dickinson entre el cóndor de los Andes y el albatros de los mares, simplemente pensaba que nunca tendrí­a la oportunidad de ver y escuchar esta magistral pieza en vivo.

    ‘Heaven can’t wait’ fue el momento para que entraran los fans a cantar y ‘Iron Maiden’ el momento para que entrara Eddie y sus tres metros de altura vestido como el cyborg de la portada de “Somewhere in time”, inspirada en la pelí­cula “Blade Runner” de Ridley Scott. Un poco antes, la banda habí­a tocado ‘Fear of the dark’, y aunque se supone que en esta gira solo tocarí­an temas hasta el “Seventh son” del ’88, tras ver la reacción aplastante del público, es fácil comprender por qué la banda la incorporó en el setlist.

    Tras una breve pausa, llegó otro de los grandes momentos de la noche, apareció el telón con Eddie caricaturizado como el hechicero alquimista y clarividente de “Seventh son” y el grupó descargó una brutal versión de ‘Moonchild’ y sus letras inspiradas en Aleister Crowley (el mismo que inspiró el clásico “Mr. Crowley” de Ozzy); acto seguido cayó una pletórica ‘The Clairvoyant’ y por unos minutos fue como retroceder dos décadas en el tiempo y estar siendo parte del video “Maiden England”, fue simplemente increí­ble. El único fallo técnico de la noche se produjo justo al comienzo de “Moonchild” cuando la guitarra electroacústica Ovation se acopló y no sonaba. Dickinson y Murray intentaron dos veces hacer la introducción del tema, pero la guitarra siempre falló. Así­ que con humor, tablas y profesionalismo, el grupo hizo la introducción a capella, con todo el estadio recitando esas lí­neas de “Seven deadly sins, seven ways to win, seven holy paths to hell and your trip begins, seven downward slopes, seven bloodied hopes, seven are you burning fires, seven your desires…”, simplemente apoteósico.

    Pero todo lo bueno tiene un gran final y este llegó de la mano de “Hallowed be thy name” con un Dickinson rompiéndola por enésima vez en la noche. En uno de sus discursos, Bruce prometió que volverí­an y que ahí­ iban a tocar en el Estadio Nacional, en algo que no sólo son palabras de buena crianza, porque el plan del grupo es lanzar su disco número 15 de estudio en julio de 2009 y comenzar la gira mundial en Sudamérica en septiembre de 2009. Sin duda fue una noche magní­fica, memorable, simplemente gloriosa donde todo el mundo se fue con la sensación de haber asistido a un momento histórico e irrepetible, de esta forma, con un gran show, con todos los temas de la época del peak creativo composicional de la banda y un sonido de lujo, se pagaron años de frustraciones de las abortadas visitas del 92’ y 98’ y del mal sonido del 01’ y 04’.

    De regreso a casa en el auto iba escuchando la radio Futuro que le dio una inmensa cobertura al show, transmitiéndolo en directo, y luego tení­a lí­nea telefónica abierta con Carlos Costas y ahí­ pude escuchar opiniones de los fans y hubo una que se me quedó grabada, alguien dijo. “yo ya no era fan de Maiden, pero después de ver este show me volví­ a hacer fanático” y es que Maiden más que recrear la nostalgia de una época gloriosa, es una banda que demostró que aún sigue teniendo proyección, que aún puede crecer más y más, que tiene cuerda para rato y que ya están pensando en su nuevo disco de estudio, por lo que es muy, pero muy probable que nos volvamos a encontrar a la Doncella en algún lugar en el futuro.

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